Nos encontramos en el año 2849, justo cuando el mercado de la energía interestelar se encuentra en su punto más álgido.

Las corporaciones rivales han dispuesto sus naves de reconocimiento junto a los bordes de un cúmulo estelar donde abundan los púlsares y ahora se disponen a aprovechar al máximo sus riquezas.

Los jugadores tendrán que hacer progresar a sus corporaciones construyendo unas enormes megaestructuras en el espacio. Estos generadores dinámicos, conocidos como “astrogiros”, rotan alrededor de los púlsares y transmiten la energía de forma inmediata hasta los confines más lejanos de la galaxia. Los sistemas de transmisión luego redistribuyen esta energía hacia las centrales ubicadas en los planetas que los equipos de reconocimiento han explorado previamente. ¡La energía no conoce límites! (Y el dinero tampoco).